Me molesta, me da ansia. Entonces decido resolver las cosas. Un mensaje de texto: Te odio. Me voy a la cama y comienzo a tocarme, pienso en él con rabia, con agresividad en los dedos. Humedezco... tan rápido, tan rico. Me encuentro revuelta entre las sábanas, sudada, llena de él otra vez: su boca en mi sexo, sus manos conteniendo mi cuerpo enloquecido... "Sí, que rica estás." Siento unas mordidas en los muslos y un halón de todo mi cuerpo hasta el suyo. Me lleva, súbito, intenso, fuerte; y coloca su sexo en el mío. Permanece ahí, puesto, duro, mientras me mira rendida otra vez. Mis caderas se mueven buscándolo y él comienza a moverse lento... "Shhhh...". Lo oigo controlándome de nuevo y me sumo en esa sabrosa explosión.
3:38am 4abril 2009.
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