martes, 8 de enero de 2008

Aún...

Mi sexo quema,
horas pulsando por ti,
latiendo, consumiéndose.

11:42pm 8 enero 2008.

Invitación

Ya me tienes. Por ti conozco esas sensaciones. Ahora, dame mas. Damelas de nuevo, dame las que nos faltan. Damelo todo. Estoy aqui. Dispuesta. ¿y tu?

10:55pm 8 enero 2008.

Cibersexo: Mmmm. Aaaah...

Todo depende de la imaginación, de las propias inhibiciones y cómo dejarlas ir. Si frente a una computadora aún piensas en el qué dirán, sin ser visto ni realmente sentido, vamos por mal camino. En el internet digamos que nada es real. Ni todos tus detalles. Esos son sólo formas de conectar con alguien, como lo son las mentiras. Con un monitor, teclado, millones de megabytes y conexiones, cables que corren por el teléfono o vibras inalámbricas creando una falsa cercanía, ¿debe preocuparme que la persona que se intenta comunicar conmigo sepa que me llamo Sirena y que me gusta cuando me lo hacen suavecito, bajo las sábanas? ¿No debe pensar primero que todo es una mentira? Y si es real, ¿no persiste acaso la duda? ¿Debe molestarme que me diga algo que no me gusta? ¿No es mi misión en ese momento fluir? Fluir mientras mi cerebro hace el trabajo de poner neuronas, enviar señales y mensajes a mis partes, erizarlas y hacerlas estallar solas... mientras ni me toco. Bueno, quizás un poco. ¿Por qué no? Pero mejor hacerlo después. Me gustaría que mi computadora esté lo más limpia posible, y por otro lado, escribir con una mano resulta complicado luego de dominar el sistema qwerty. Además no me gusta hacer a la gente esperar, al menos no en la red. Ya sé como esos segundos mirando una ventanita de chat se vuelven eternos esperando una respuesta. Pero valen la pena. Esa respuesta te activa. Te duerme el cuerpo, te lo pone débil sólo para encenderlo todo de cantazo. ¿No es rico cuando te dicen algo que no esperabas pero resulta completamente dulce al cuerpo?


Extracto de una conversación:

Primera parte
-Ambar tengo que contarte algo
-Dime... estoy aqui
-tengo frio
-si?
-si. sabes lo que quiero?
-lo mismo que yo, espero
-creo que si. Me invitas ahi al lado tuyo?
-Ya te siento. Cuentame
-Te gusta cuando te susurro al oido?
-Mucho...

Segunda parte
-mmmm...
-sigue frotandote asi sobre mi, me vueles loco
-que rico como me tocas
-te gusta? y asi?
-me encantan tus dedos
-estoy mojado de ti ahora, quiero sentir esta calentura aqui
-mmmm, si. ven
-dejame deslizarte la panty del medio, sientate aqui, nena
-ay, suave
-te estas escurriendo solita
-abrazame... entrate mas
-lo quieres todo?
-todo, mmmmm... me llenas

Tercera Parte: Acto Final
-que divina estuviste Ambar
-tu tambien querido. Gracias por darmelo suavecito
-como lo quisieras, es tuyo.
-gracias...

Entonces, suceden varias cosas. (1)Un bloqueo en el messenger, fue algo de una sola vez. (2)Se sigue repitiendo, con variantes, cada vez en crescendo. (3)La próxima vez resulta una basura. Ambar decide buscarse un amante real. (4)Ambar se vuelve una adicta al cibersexo y una local en la sala Caliente número 3 del Latinchat.

10:40pm 8 enero 2008.

sábado, 5 de enero de 2008

Luego de tanto escribir...

La descubrí hoy en el blog de mi amiga. Me asusté. De repente ella me hacía creer que estuvieron juntos. No importa si fue antes, durante o después. Es una cosa que antes estaba segura que no sucedería y ahora me entra la duda, como entran otras cosas. Se acomoda dentro de mí, se medio tuerce, se reajusta. Busca, busca y encontra. Me encontró con las ganas, con el deseo de gritar. Me altera. Me someto y me arrepiento, pero vuelvo a hacerlo, como siempre. Está en mí y ya no me queda más que, de alguna forma, dejarlo escapar.

Ella es y no se reconoce. Espera que los demás le digan. Yo no seré una de esas personas. La prueba de ella sera la prueba mía, y entonces, podré dar ese paso.

Siempre en la competencia emocional. Ahora va más allá. No es una competencia. Y lo es.

Tú lo tienes más tiempo que yo. Lo celas. Lo llamas el amor de tu vida y yo, lo llamo cuando estoy segura de que contestará o cuando quiero escuchar su mensaje de voz. Tú tienes un espacio que agarraste y no sueltas. Crees que lo tienes en el puño, encerrado. No. Ni lo tengo yo, pero por mí se escapa, como por otras. Cuando está conmigo es serio. Seriamente tenemos sexo, duro, suave, regular, nuevo. Yo me consuelo en que le doy algo distinto. ¿Quien sabe? ¿A quien le importa si me miento? No creo que sea mentira. Igual, no es una certeza. Tú tampoco lo eres. Lo he oido hablar de ti. No eres la que conserva con un tono incondicional. No. Ni yo, quizás. Pero conmigo hay menos de que hablar. Hay más culpas de su parte y es más probable que nunca te hable de mí. Si lo hace es en un momento en que estan hablando de parejas anteriores y el abre la boca para decir: "A Ella le encantaba mamármelo, mmmm." Entonces cierra los ojos y se sume en el abismo de placer que le di muchas veces.

Te molesta, ¿verdad? A mí no. No soy sólo sexo. Hay más que no te dice. Soy reto. Soy compatibilidad. Soy la que está demasiado lejos para ser posible. Pero persisto. Quedo.

Te incomodo. Aún después de tantos años me conserva y no te lo imaginabas, ¿verdad que no? El día que decidió irse conmigo te molestó. Por eso pusiste tanto pero para la próxima ocasión. Hasta buscaste la manera de ocupar todo su día. De todos formas, el siguió insistiendo por mí. Leí muchas cosas ese día y otras mil en tu blog. Lee las que quieras en el mío, que queda anónimo. Eso tienes sobre mí. Tendrás otras cosas también. Pero no a él.

2:46am 5 enero 2008.