Apenas me monté en su carro me di cuenta de que había algo familiar. Al instante, me acordé de ti, aunque ya no tenía motivos. [Hace un tiempo no hablamos sino a través de mensajes de voz que nos dejamos, fracasando siempre alcanzar el encuentro telefónico.] No pasó un minuto más que noté lo que me pasaba. Sí, era sólo a mí. Ese algo familiar era tu olor. Otra vez sentí tu olor sin ti, pero no eras tú, ni era tu olor. Tenías un olor particular -como dulce- un aroma que me consolaba cuando nos abrazabamos y aspiraba tu piel.
No me dolió tu olor, tu recuerdo. Hoy me lo saboreé y recreé en medio de otra conversación los primeros, los intermedios y los últimos momentos, con todos tus aromas y todos tus sabores, con medias sonrisas y suspiros cortos que supe disimular. Ya te descubro sin sentir tropiezos. New Car Scent.
1:04am 20 octubre 2008.
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