Durante el día, me niego a todo el mundo. Leo, escribo propuestas, busco en el internet, imagino viajes.
En mi cama, día o noche, me toco trazando cronologías reales y ficticias: el primero, el bombero que aún no conozco, el hombre que entra a la fuerza a mi casa, mi ciber amor mexicano, la chica del final del pasillo en mi antiguo hospedaje, mi "novio" banquero, el futuro profesor, y así, sucesivamente.
No puedo pensar en otros. No pulso mi teclado para declararme ante los demás, sino para crear, para hablarme un tanto a escondidas. Sólo puedo ser yo: rizos y fantasías sin orden, fechas y horas para dar cuenta de mi existencia una vez más. Nada me define, nada me reprime. Ni el tiempo que escribo ni mis mentiras/verdades verdades/mentiras.
12:50am 7 octubre 2008.
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