Extraño esa ternura, los dulces escalofríos de saberte cerca, las palabras al oído que me hacían rendirlo todo, los dedos que recorrían mi cuerpo para luego quemar mi piel...
2:25am 27 junio 2008.
Como tantos otros blogs, este es anónimo.
Mis senti(pensa)mientos son anónimos, pero llevan hora y fecha.
Este espacio es anónimo porque mientras alguien lo encuentre sin querer, yo no seré consciente de que existen los lectores de las letras que presiono sobre este y otros teclados. No se trata de pudor, se trata de pureza del fluir de (mi) conciencia. Si no sé que estás, no escribo para nadie. Si un árbol cae en medio del bosque y no hay persona que lo escuche, ¿suena? Si hay unas palabras escritas sin publicar, ¿alguien las lee? Quien las encuentre de casualidad. Pero para aquel que se tropiece con este rincón, le ofrezco la fecha y la hora de la ocurrencia. A modo de fabricar teorías propias, como siempre estoy haciendo, ese pedazo es para mí, pero todo lo que está aquí lo es, sólo que esta vez, te doy un acceso remoto. Si quieres, tómalo. No expira.
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