lunes, 10 de diciembre de 2007

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Te perdiste de muchas cosas. Recien me había afeitado las piernas, hecho los arreglos pertinentes al placentero sur que a veces te dignas en visitar, cabello lavado con aroma a 'hálame' y puntillitas en combinación con liguillas a medias de malla finitas, para que fueran más sensuales mis piernas cuando estuvieran apoyadas en tus hombros.

Envié dos mensajes: 'Voy de camino.' y 'Llegué, estoy lista para calentarnos.'. Ninguno estimuló nada, no sé porque. Te lo perdiste porque aquel día iba completamente dispuesta a dejarme hacer todo lo que no nos dió tiempo la otra vez y me había negado las veces anteriores. Decidí hacer la entrega definitiva: dejarme pegar en la cara y penetrar de cuanta forma posible, hasta de dejarte venir dentro de mi. ¿No era eso lo que querías? Te lo avisé, no te quejes... el día anterior asentí y te gemí al teléfono que me encantaba cuando me hablabas así, que qué rico, que ya me imaginaba tu erección en mi boca, entre otras partes y otras cosas.

Te lo perdiste todo, hasta mi periodo fértil.

10:36pm 10 diciembre 2007.